El año pasado Isabelle Aubry vino a presentar la publicación del libro “La primera vez tenía 6 años” y cuando te vas adentrando en su historia, no dejas de estremecerte por la dureza de los hechos. El padre empieza a abusar de ella en la bañera con solamente 6 años y a esa edad no comprende que está siendo abusada aunque en lo más íntimo, el instinto ya le dice que es sucio pero sigue en silencio porque los niños son fieles a su familia y esa lealtad hace que prefieran seguir callados antes que romper en pedazos la familia.
Consigue hablar a las 14 años después de unas experiencias de abusos donde el padre vende el cuerpo de esa pequeña hija a otros personajes y aún no llego a entender como no “quisieron” ver que era menor de edad.
Al final denuncia los abusos de su padre y llegan a encarcelar por poco tiempo a su padre, ante la dejadez de la madre que no reconoce los abusos de su hija. La mayoría de las personas que les explican a sus familiares su experiencia, reciben la negación por parte de la familia más directa y les dicen que eso ya ha pasado para que sigan en silencio.
Isabelle consiguió cambiar las leyes en Francia sobre el incesto como un ley específica , aquí en España los abusos preescriben a los 15 años y se necesita una renovación amplia para que los casos no queden impunes.