Hay noticias que te remueve el alma, aquellas que te quedas helada con el titular y ni tan siquiera te atreves a seguir leyendo porque prefieres que sea mentira. Pero no, no lo es. Una niña de 17 meses fue arrojada ayer por el balcón en Vitoria porque el hombre fue descubierto por la madre de la niña, cuando éste estaba abusando de ella. Lo repito: una niña de 17 meses, indefensa y sin poder pedir ayuda. Alicia acaba de fallecer esta noche y nos quedamos sin palabras, horrorizadas y con una rabia.
Después vemos la noticia en la televisión y entonces empiezan a hablar del agresor como una persona normal. Algo que se ha puesto de moda hace un tiempo en los medios de comunicación como si de esta manera pudieran saber cómo es un agresor. Suelen decir que son personas educadas y con una vida normal. ¡Claro que si! Un/a agresor/a va a tener un cártel que avise de su sombra, lo oculto, del abuso de poder para que le hagan el vacío y para no puedan abusar. Pero la realidad es otra donde se usa la manipulación para no ser descubierto/a nunca e intentar aparentar ser buenas personas.
Y no nos pongamos las manos en la cabeza porque muchos supervivientes no recuerdan cuando empezaron los abusos. Algunos tienen la intuición que empezaron cuando eran bebés pero cómo probarlo cuando eres adulto y no tienes pruebas. Hay maneras a través de diferentes técnicas psicoterapéuticas y terapias corporales complementarias.
Hoy es un día triste porque las y los supervivientes se han puesto en la piel de Alicia y sienten ese dolor. Eso sí, Alicia nos va a dar toda la fuerza para seguir luchando contra el abuso sexual infantil como también las niñas y niños -del presente, pasado y futuro- que no salen en las noticias.
Mañana seguiremos con esperanza a alzar la voz por una infancia sana y amorosa. Hoy estamos de duelo.
Alexandra Membrive – Presidenta Asoc. El Mundo de los ASI